El realizador del video le propuso a Shakira que el clip se grabara en un estudio y que todo fuera registrado en blanco y negro, pero la cantante quiso darle un toque más espontáneo y personal que le salió caro.
La cantante convenció a De Laiguana, director del video, para salir a las calles de Barcelona y registrar lo que fuera sucediendo, todo terminó con la estrella bailando en la playa, bañándose en una fuente, recorriendo la ciudad en patines ante el asombro de los espectadores.
Lamentablemente tanta naturalidad tendría su costo y consecuencias legales. El equipo de la cantante no solicitó los permisos necesarios para rodar en la calle, lo que supuso una multa importante si vuelve a pisar la ciudad.
"No teníamos permisos y acabé saltando dentro de una fuente pública y montando una moto con un completo extraño sin llevar casco, así que probablemente me multen cuando regrese a Barcelona", declaró la cantante, según recoge Contact Music.
"Simplemente dije: 'Salgamos a la calle y rodemos todo el día, lo que tenga que pasar, pasará. Fue tan divertido... La mejor experiencia de mi vida. Creo que la música se trata de ser espontáneo y no quiero perder ese aspecto de mí", concluye Shakira.
En una entrevista con El Periódico de Catalunya, la barranquillera confirmó que aún no le habían cobrado la multa, pero que pagaría encantada los 400 euros de rigor para zanjar el tema. "Sí, la voy a pagar, a ver si así no molestan más", declaró la cantante
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