Diez años atrás, unas fotos en las que se podía ver a Shakira y Antonio de la Rúa -por entonces hijo del presidente de Argentina- esquiando en el sur recorrieron rápidamente el mundo. El romance, criticado por la oposición política, logró superar varias crisis en las que el devenir social argentino estuvo como principal protagonista.
En su momento, se dijo que la compañía discográfica le había prohibido a la colombiana presentarse en vivo en el país por temor a que el público reaccionara en su contra luego de que, a finales de 2001, su suegro abandonara la presidencia en medio de un clima social tirante.
Una década después, la situación parece conservar el resquemor y el miedo a irritar. Consultada sobre su relación con su familia política durante una entrevista en la revista Viva, la colombiana respondió con un arqueo de cejas y un silencio de tumba. Frente a la insistencia, decidió romper el silencio con un poco de cautela.
“A ver –arranca-… Hemos pasado las dos últimas navidades en Punta del Este con mis suegros y la última vez fueron mis padres. Me encanta estar con ellos y somos unas familias muy unidas”, respondió, casi de manual, la rubia.
Con el objetivo de levantar un poco la imagen que su familia política cosechó en el país, Shakira reveló algunas intimidades: “Mi madre e Inés –Pretiné- se quieren muchísimo y mi papá juega al ajedrez con Fernando y la pasan bien”.
Consultada sobre el tipo de relación que mantiene con su suegro, el ex presidente argentino Fernando de la Rúa, la colombiana reveló que mantienen un lazo muy especial y que la historia es uno de los temas que tienen en común.
“Es mi segundo padre y además somos muy afines. A los dos nos gusta la historia y tenemos tantos temas de conversación… Quiero aprovechar todo lo que él sabe, el conocimiento que tiene. Es un intelectual y yo siempre he tenido una inquietud muy grande por lo intelectual. Además, tiene mucho sentido del humor: a mi me hace reír mucho”, confesó.
La historia, en tanto, será la encargada de retratar, al menos desde el campo político, la huella que su suegro dejó en el país. Cuando se la consultó sobre el modo en el que ella cree que figurará su suegro en los libros de historia argentinos, la colombiana volvió a cerrarse y retrucó: “No sé… ¿Por qué no me preguntas algo de mi perfume?”.
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